La glutamina (GAM) es el más abundante de los aminoácidos libres que se encuentran en el cuerpo. Es común tanto en la sangre como en el tejido muscular, y es el segundo aminoácido más común en el cerebro después del ácido glutámico (GA). Los tres aminoácidos semi esenciales -la glutamina, el ácido glutámico y el ácido gamma amino butírico (GABA) - están estrechamente relacionados, y se clasifican como los aminoácidos glutamatos. El glutamato es una sal de ácido glutámico.

Algunos defensores de la glutamina se han referido a ella como "el combustible del cerebro” Estos tres aminoácidos, por lo general, caen en una misma discusión porque tienen la capacidad de metabolizarse, convirtiéndose el uno en el otro. Por ejemplo, si el cerebro detecta una falta de ácido glutámico, se puede llamar a la glutamina de los músculos, hacerla meterse en el torrente sanguíneo y luego pasar a través de la barrera sangre-cerebro, y transformarla en ácido glutámico o glutamato.

La glutamina es crucial para el metabolismo y el mantenimiento de los músculos. También es el principal nutriente para las células que recubren el tracto intestinal. En períodos de estrés o enfermedad grave, los niveles de glutamina pueden bajar mucho. Es por eso que constituye un suplemento tan útil para los atletas, los pacientes quirúrgicos, los que sufren de la pérdida de masa muscular por SIDA o cáncer, y para los que sufren diversos trastornos gastrointestinales.

La glutamina también puede estimular el sistema inmune, actuar como un preventivo del cáncer y como un tratamiento para desintoxicar el cuerpo y apoyar el metabolismo del hígado. El Dr. Ronald Klatz de la Academia Americana de Medicina Antienvejecimiento (A4M), describe la glutamina como liberador de la hormona de crecimiento, y un agente antienvejecimiento. La superposición de las posibles aplicaciones clínicas de glutamina y glutatión no es coincidencia en absoluto. La glutamina suministra el cuerpo con glutamato (ácido glutámico), el segundo componente más importante de GSH después de cisteína.

Ya sea por vía oral o por vía intravenosa, la suplementación con glutamina aumenta las concentraciones de glutatión. T.R. Harward en Florida y M. Basoglu en Turquía llevaron a cabo estudios similares para medir el efecto de la fortificación de la glutamina en los niveles de GSH en el intestino. Los niveles de peroxidación lipídica y el estrés oxidativo bajaron drásticamente en ambos experimentos. Y. Cao en Arkansas encontró un aumento triple en el GSH intestinal después de la suplementación con glutamina. R. Denno y J.D. Rounds de la Universidad de Harvard llevaron a cabo un estudio sobre la nutrición parenteral: nutrientes suministrados por vías distintas al estómago y los intestinos. Esto es muy importante durante las largas cirugías, y bajo otras circunstancias especiales. Mostraron que cuando se incluyó la glutamina, los niveles de glutatión en plasma aumentaron significativamente y apoyaban las funciones del hígado. R.W. Hong del mismo equipo, mostró que los suplementos de glutamina mejoran las probabilidades de supervivencia contra tales amenazas tóxicas como sobredosis de acetaminofeno, al preservar las reservas de glutatión en el hígado.

La glutamina también desempeña un papel en la terapia del cáncer. Las células tumorales a menudo actúan como una trampa, robando glutamina de otras partes del cuerpo, y conduciendo a la pérdida de masa muscular, y a la atrofia. Por esta razón, muchos terapeutas de cáncer evitaban la glutamina en el pasado, por temor a que fuera alimento para el cáncer. Ahora se sabe que la verdad es todo lo contrario. La glutamina promueve la producción de GSH, lo que aumenta la defensa del sistema inmune contra las células tumorales, y facilita la tolerancia del tejido normal hacia la quimioterapia y la radioterapia.

S. Yoshida y A. Kaibara realizaron experimentos similares en Japón, y concluyeron que la suplementación con glutamina previene la deficiencia de glutamina y glutatión, y mejora el metabolismo de las proteínas en las víctimas del cáncer.

La glutamina se encuentra en muchos vegetales y alimentos de origen animal, pero se destruye fácilmente con la cocción. La espinaca cruda y el perejil son buenas fuentes. Pollo, pescado, carne de cerdo y carne de res son ricos en glutamina. Sin embargo, comer carne cruda conlleva ciertos riesgos para la salud. Muchas personas pueden comer sushi, carpaccio, kibbi o Steak Tartar: todos son productos crudos de animales.

La glutamina está siendo ampliamente investigada como un suplemento nutricional para ciertos pacientes hospitalizados. Más investigación sigue siendo necesaria, y la dosis apropiada para varios escenarios todavía no ha sido determinada, incluso la cantidad exigida por el cuerpo durante períodos de estrés físico.

Los comprimidos comprados en la tienda contienen tan poco como 0,5 gramos (500 mg). También hay una presentación de glutamina en forma de polvo; a menudo se toma en dosis diarias de 4 o 5 gramos. En situaciones extremas después de un trasplante de médula ósea, por ejemplo - dosis de hasta 40 gramos por día han sido administradas. La glutamina suplementaria debe mantenerse absolutamente seca, o se degradará, convirtiéndose en amoníaco.

Los individuos completamente sanos no necesitan suplementos de glutamina. También puede provocar efectos secundarios tales como malestar gastrointestinal. Las personas mayores y los pacientes con insuficiencia hepática y renal deben ser cautelosos. Cualquier uso serio de este suplemento debe ser supervisado por un profesional de la salud.

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